Si bien, en El Campello damos por comanzadas las fiestas con la celebración de la festividad del 9 d’octubre y el tradicional Correfocs que se celebra la medianoche del 08 de ocubre, no es hasta la noche del 11 de octubre cuando oficialmente arrancan los actos festivos.
La plaza de la Iglesia fue un aténtico hervidero de festeros, cuando el pregonero de este año, Joaquín Pérez, pronunció su discurso desde el balcón. Para Joaquín Pérez, “los festeros nos convertimos en la voz de la historia, hacemos volver a la vida una visión conciliadora de aquellas batallas del pasado, pero nuestra recompensa va mucho más allá de una disputa por un territorio… es más sutil”. Festero desde la temprana edad de 5 meses, Joaquín fue el primer embajador moro de la fiesta, en el mismo año en que su padre fue el primer capitán moro. Su vinculación con los festejos es, pues, absoluta, y lo evidenció a lo largo de todo su discurso, que leyó indistintamente en castellano y valenciano.

La madrugada del 12 de octubre, El Desembarco de El Campello congregó a miles de personas en la playa del Carrer la Mar. Puntual, como siempre al alba, El Campello recreó la toma de la plaza por las tropas cristianas, después de la batalla contra los defensores cristianos que siguieron miles de personas, tanto en la playa, como desde sus casas gracias a la emisión en streaming. Este es, quizás, el acto más esperado de las fiestas, y con seguridad el de mayor proyección, que junto a las peculiares embajadas y los desfiles dan forma y contenido a cinco días intensos de festividad en torno a los Moros Y Cristianos, fiestas con un desembarco declarado de Interés Turístico Provincial.
Y, tras la entrada de bandas, la noche se visitió de música y color, con la espectacular Entrada Cristina-Mora en la que participaron más de 3.500 personas desfilando entre festeros, boatos, ballets y las más de 30 bandas de música. Dicen que ostentar capitanía imprime carácter deja huella y este año Jaume I y Zaidíes han evidenciado que a boatos y esplendor no les gana nadie, y han dejado el pabellón muy alto.
El día 13 de octubre está lleno de simbolismo gracias a la Embajada, tras la cual la cruz reconquista la plaza.
“Ayer cayeron mis valientes, que en lucha a cara o cruz el alma dieron a Dios…”. Así ha arrancó la embajada cristiana representada a los pies mismo del castillo festero levantado en la Plaza Saint Christol Lez Ales de El Campello. Antes de la embajada, El Campello había despertado con un estruendoso alardo, con decenas de arbuceros disparando al aire por las calles del centro y avisando a todos de que la fiesta continúa y nos espera en la calle, comparsas y barracas .
La diana festera dió paso a la embajada… a la espera de la gran entrada mora-cristiana que se celebraró esa misma tarde.
El día 14 de octubre, tras el desayuno festero y la Entradeta, la tarde llena el municipio de diversión y humor con la Retreta festera.
Y como colofón, el día 15 de octubre, se celebran los actos en honor a la Patrona, Santa Teresa, y a la titular, la Virgen de los Desamparados. La ofrenda y la procesión fueron los actos religiosos en que los cargos de ambos bandos, Jaume I y Zaidies, mostraron sus mejores vestimentas. Y el broche de oro, lo marcó la pólvora, tanto en la masceltá como en el gran Castillo de Fuegos artificiales.